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Ponencia que presenta la delegación
del EZLN sobre la resistencia



Compañeros y compañeras:

Nosotros somos bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y nuestra participación en este Segundo Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo es contarles la historia de un pueblo que vive en el exilio desde hace más de dos años. Es el pueblo de Guadalupe Tepeyac, que es nuestro pueblo y que vive en las montañas y desde las montañas resiste, se organiza y sigue luchando.

Nosotros conocimos a la organización del EZLN hace muchos años.

Había un compañero del pueblo que sí sabía que existía el EZLN él fue el que nos conectó primero con los compañeros de la montaña, o sea, con los compañeros guerrilleros.

De ahí nos explicaron la lucha y nos pidieron que guardáramos el secreto, o sea que todo era clandestino. Nosotros dijimos que sí lo íbamos a hacer.

Como bases de apoyo nuestra comunidad cooperaba con el EZLN con una comisión que llevaba alimento al campamento de los compañeros que se preparan para combatir con las armas.

También cooperamos con frijol, sal, azúcar, pinol. Las mujeres preparan las tostadas y también se les lleva jabón. Formamos una comisión para trasladar las tropas zapatistas y guardamos la seguridad de los compañeros hasta la declaración de guerra del primero de enero de 1994.

Durante los enfrentamientos que hubo, nuestro trabajo como bases de apoyo fue cooperar con mucha alimentación para que nuestros soldados zapatistas coman.

Estamos en nuestro pueblo esperando la ofensiva del gobierno, pero no sabíamos ni qué día ni a qué horas iba a ser la ofensiva.

Después la sociedad civil paró a los soldados federales y se vino el diálogo, pero luego el gobierno nos traicionó y el 9 de febrero de 1995 el gobierno lanza su ofensiva militar sobre nuestra comunidad.

Llegaron carros de soldados federales, helicópteros, tanques de guerra y los soldados se metieron a nuestras casas, destruyeron todo y ya no se fueron.

Todo eso llegó a nuestro pueblo y muchos pueblos zapatistas.

Nosotros entonces nos fuimos a la montaña.

Nos fuimos a la montaña porque nuestro pueblo fue ocupado y nosotros no queremos vivir con gente del gobierno, que nos hostigue, que viole a nuestra familia.

No queremos que nos arranquen de nuestro trabajo en el campo con tanquetas y con cañones y que ellos sólo digan perdón pero tenemos que pasar.

Que ellos dispongan de nuestra vida y de nuestra dignidad. Eso no lo queremos.

Por eso los de Guadalupe Tepeyac tuvimos que retirarnos de ellos y poblar otro pueblo en la Selva Lacandona.

Ahorita vivimos en un lugar prestado para un tiempo de lucha de resistencia, pero la resistencia, compañeros, no es fácil.

Se sufre por la dignidad.

Ahorita nosotros no tenemos medicina, ni alimento suficiente. No tenemos tierra para trabajar y producir mejor nuestra cosecha.

Pero nosotros sabemos que la resistencia significa obligar al supremo gobierno a que cumpla su palabra.

Nosotros no queremos ya su palabra de mentiras. Estamos fastidiados de oír mentiras en nuestro país mexicano. Queremos obligar al gobierno a que saque su ejército de nuestras comunidades donde se metió.

Por eso nosotros los indígenas estamos dispuestos a seguir resistiendo a las buenas y a las malas y hasta si es posible dar la vida para el bien de los que vienen atrás y de los que ya están en nuestro mundo.

La resistencia para nosotros significa no rendirnos ni recibir nada del gobierno.

Vamos a resistir las bases de apoyo zapatistas hasta donde sea necesario.

Queremos decirles que la resistencia que nosotros llevamos a cabo no es fácil.

Tenemos que pasar problemas muy fuertes, pero hay que estar organizados y hay que conquistar la paciencia y esperanza en nuestro corazón.

Como compañeros de lucha por la armonía en nuestro mundo, decimos que se necesita aguantar el calor, la sed, el cansancio, como el agricultor que aguanta todo porque tiene esperanza de su trabajo en el campo.

Nosotros, las bases de apoyo zapatistas, no nos desesperamos pero tampoco nos conformamos.

Nosotros sabemos que un día vamos a ganar.

Pero no resistimos quietos.

Mientras resistimos nos organizamos. Estamos ya en municipios autónomos y tenemos nuestros propios consejos municipales que nosotros elegimos y les dimos ese trabajo.

Nosotros no nos estamos esperando a que el gobierno nos resuelva los problemas. Lo que hicimos fue rechazar sus autoridades y elegir a nuestra gente.

Así hicimos todos los pueblos y regiones zapatistas.

O sea que resistimos y también nos organizamos.

Ahora nosotros tenemos nuestra gente que se encarga del consejo municipal, de la justicia, de la tesorería y de todo nuestro gobierno.

Ya llevamos más de dos años con autoridades propias y estamos aprendiendo a gobernarnos.

Eso tampoco es fácil porque de por sí salen muchos problemas. Pero con el tiempo se aprende y se van corrigiendo los errores.

Nuestras autoridades son civiles, no son militares, y aunque nos cuesta trabajo ya estamos aprendiendo a que nada de lo bueno es fácil.

Nosotros les decimos que para nuestros pueblos es muy importante pertenecer al EZLN.

Tenemos claro cuál es la lucha de todos en nuestro país, tenemos claro que el gobierno nos engaña, nos explotan mientras ellos se hacen más ricos y nosotros los indígenas estamos más pobres, más muertos, más encarcelados, más desnudos, más hambreados, más excluidos, más marginados.

Para nosotros pertenecer al EZLNes muy grande porque aprendemos a luchar, porque conocemos más de la lucha política y porque aprendemos a defender a nuestros pueblos.

Por eso, compañeros y compañeras de todo el mundo que están aquí, nosotros les decimos que resistan en sus pueblos, que no se conformen y que sigan luchando. Nosotros sabemos que no es fácil resistir, que se sufre de por sí, pero es mejor que estar conformes y sin unión.

Es toda nuestra palabra, compañeros y compañeras del mundo.

Atentamente, la compañera Dalia y el compañero Felipe, bases de apoyo del EZLN




Ponencia que presenta la delegación
del EZLN sobre la lucha de las mujeres zapatistas


Compañeras y compañeros:

Yo les voy a hablar un poco sobre las mujeres que somos bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Primero les quiero decir que las mujeres del pueblo rebelde de Guadalupe Tepeyac de por sí somos muy fuertes.

No nos rendimos y luchamos con mucha dignidad.

Las mujeres zapatistas pensamos que no sólo el hombre debe mandar porque las mujeres también tenemos nuestro pensamiento y tenemos ideas.

Nosotras las mujeres de los pueblos zapatistas vemos que nuestros hijos no tienen qué comer, que no tienen buena casa ni buena ropa.

También vemos que la familia no tiene tierra para trabajar una buena cosecha.

Pero además las mujeres indígenas no tenemos educación. Somos muy pocas las que sabemos leer y escribir y tampoco tenemos buena salud. Muchas compañeras se mueren en los partos o de desnutrición.

Es por eso que nosotras luchamos y es por eso que apoyamos al Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Cuando las compañeras insurgentes bajaron de la montaña a nuestros pueblos nos empezaron a explicar que nosotras las mujeres tenemos derechos y tenemos que pelear por que se respeten esos derechos.

Entonces nosotras nos dimos cuenta que cuando los hombres toman trago golpean a sus mujeres. Por eso estamos muy de acuerdo con que no haya trago en las comunidades.

Las compañeras insurgentes nos enseñaron la lucha y luego las diferentes comunidades discutieron las leyes de mujeres de los pueblos zapatistas.

En esas leyes las mujeres de los pueblos decimos que nos deben de respetar, que las mujeres tenemos derecho a trabajar, a recibir dinero, a decidir cuántos hijos queremos tener, a casarnos con la persona que queremos.

Porque antes no era así.

Hay muchos pueblos en donde a la mujer todavía se le obliga a casarse con quien no quiere.

Por eso en los pueblos zapatistas está la ley que dice que no se puede obligar a nadie.

También las leyes de mujeres dicen que las mujeres que quieran integrarse al EZLN pueden hacerlo y pueden ocupar cargos en la dirección, al igual que los hombres, o sea que pueden ser mandos.

Todo esto dicen las leyes de mujeres pero ya en la práctica nosotras las mujeres participamos en todas las asambleas y en todas las decisiones.

Las mujeres también decidimos la guerra y también resistimos y no nos quedamos quietas a ver si los hombres traen dinero.

Como ahorita la situación está muy dura, las mujeres nos organizamos en colectivo y estamos haciendo bordados.

Estos bordados los vendemos y sacamos dinero y muchas veces es el único dinero que llega a la familia porque ahorita no tenemos buenas tierras y casi no hay cosecha.

Entonces las mujeres en colectivo seguimos viendo cómo hacerle para organizarnos y no quedarnos esperando. Nosotras en la práctica nos hacemos independientes y nos hacemos respetar.

También las mujeres de los pueblos podemos hacernos insurgentes, podemos irnos a la montaña y hacernos soldados zapatistas.

No todas las mujeres zapatistas queremos ser insurgentes.

Unas mujeres de los pueblos queremos ser bases de apoyo porque tenemos nuestros hijos y nuestra familia y tenemos que cuidarlos.

Entonces apoyamos a las compañeras combatientes con alimentos y cuidando su seguridad.

Nosotras tenemos claro que hay muchos lugares para luchar y que a unas mujeres les toca combatir y a otras nos toca apoyar en los pueblos.

Esto es lo que les podemos platicar de nuestra lucha. La lucha de las mujeres, nosotras vemos que es muy larga y vemos que es muy distinta en todos lados.

Nosotras las mujeres de los pueblos zapatistas vemos que las mujeres luchan en otros países pero vemos que luchan por cosas que a veces nosotras no entendemos.

Quiero decirles que las mujeres zapatistas respetamos su pensamiento de todas ustedes.

Queremos conocer sus luchas y platicarles cómo luchamos nosotras y cómo nos organizamos.

Queremos que nos oigan pero más queremos oírlas.

A lo mejor a alguien le parece que nuestra lucha es muy poquita y que debemos pelear más. Nosotras les decimos que nuestra lucha, como la de muchas mujeres, apenas empieza.

Es todo, compañeras y compañeros.

Atentamente, compañera Dalia y compañero Felipe, bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.



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